Aterrizando en septiembre.

Me cago de al risa. Así no más. Toda esta irrupción patriótica de septiembre no me hace más que pensar en cómo podemos buscar una excusa cualquiera para tomar y comer a destajo. Y es que pa mí no hay más que eso, en toda esa explosión de banderitas de plástico, de ramadas, de cabros chicos bailando cueca en los colegios.... La simple, pero legítima aspiración en todo caso, de tirar la casa por la ventana, tomarse hasta la molestia y luego terminar corriendo a la farmacia por pastillitas de carbón. No es la intención cuestionar nuestros ritos nacionales, ni cómo los desarrollamos, es sólo que me sorprendo con el descomedido entusiasmo de "saturarnos" de cuecas, vestiditos de mal gusto y locales tierrosos y plagados de viejos borrachitos. Para qué hablar del repentino fervor por Inti Illimani, Schwenke Nilo o Los Paleteados del Puerto, artistas que tienen una programación todo el año. Será que me gusta ir contra la corriente? o que me siento bicho raro en el súpermercado?, mientras a mi lado se abarrotan de pichangas, anticuchos, pulpas, arrollados, vinos y otras bombas gástricas. Será que la máxima diversión es ésa? comer hasta la arcada y tomar hasta dar jugo?.Puede que pase por amargada, y si es así, será, pero definitivamente no dejo de sentirme bicho raro, cuando todo el mundo festeja colectivamente... o por lo menos hace como que celebra....

(Exceptúo de mi descripción a una amiga muy querida, hija y madre de músicos, adictos a la música folclórica, sin más pose ni interés que gozar de la inspiración que les da el campo y la tierra, el gozar en familia y el transmitirse de generación en generación esta pasión. A través de ella conocí a los viejitos de " La Isla de La Fantasía" y al grupo "Vejara" , sus dos intensos hijos músicos)