lunes, febrero 26, 2007

Bajo la nieve eterna



"Recuerda: siempre seré tu fan número uno.....recuérdalo siempre".

Así se despedía siempre Ricardo, no éramos tan amigos tampoco, habíamos dejado de vernos hace un tiempo en que éramos jóvenes, estábamos todos recién casados y veíamos la vida con la inocencia de los cuentos infantiles. Los azares de la vida nos fueron separando de a poco, pero a veces coincidíamos en algún evento familiar y la consigna de despedida siempre era la misma: " recuerda......" .

Era un tipo alegre, alegre de nada, o de todo, la vida le hacía cosquillas, avanzaba rápido por los riscos del éxito, pero el vértigo de llegar a las cumbres lo hacía buscar sensaciones extremas, vivir a concho, buscar en la prisa, la vertiginosa sensación de respirar hasta el fondo de los pulmones y tragarse la vida, entrar en el más profundo de los trances. Creo que esas ganas de absoluto y de vértigo lo llevaron a escalar, no tenía experiencia, pero ganas y adrenalina le sobraban. Escalaba la pared del Glaciar Yver, en dirección a la cumbre del Cerro El Plomo (Andes Central, Región Metropolitana) cuando cayó estrepitosamente 300 metros, la muerte fue cosa de segundos. Ha sido tan complicado el lugar donde cayó que ha tardado dos días en rescatarlo, veo a su mujer en algunos diarios y en tv y me parece imposible que esto esté pasando y cómo una noticia que muchas veces me es tan ajena se convierte en algo dolorosamente cercano.

Averiguo sobre El Plomo y me encuentro con que hace 50 años encontraron allí a un niño momificado de ocho años, era la ofrenda que los Incas ofrecieron al dios Sol (Inti), hace más de 500 años. Lo adormecieron con chicha y yerbas y lo depositaron en una tumba de piedra, allí fue encontrado intacto y con un rostro de dulce sueño eterno. Se chocan en mi cabeza los rostros de ambos, de Ricardo y el niño, muertos contra su voluntad en la nieve eterna y silenciosa de Cerro El Plomo.....

9 Comments:

At 9:44 a. m., Blogger Manuel said...

Qué doloroso y bello lo que escribiste. Bello por la forma de describir su intensidad, su búsqueda por otros horizontes, su valentía. Esa osadía que para nosotros es sólo retórica. Él supo desafiar los dictámenes rutinarios y de alguna forma trascendió en su propia ley. Más allá de eso, el dolor persiste, considerando cuan joven era (42 años), las otras cicatrices en su familia -con la muerte de su hermana- y el vacío cercano que tú pudiste palpar, con su amigo -su mejor amigo- pidiendo confirmaciones.
Vuelve a mi cabeza eso de los últimos minutos, del click que podría detonarse al oler la anticipación, percibir las luces, sentirse próximo.

 
At 10:48 a. m., Blogger Gonzalo Villar Bordones said...

es misterioso comno la tragedia resuena en nuestras almas.

la muerte convoca el relato, lo exige. Hamlet lo pide en su último aliento.

Prost decía que en París había un médico especializado en atender la muerte, dotado de especial delicadeza, discresión, respeto por el muriente y sus deudos.

Tú, Claudia, has tomado el rol de coronista de la muerte, la enmarcas, la presentas humana ante nuestros ojos, la haces comprensible.

 
At 12:05 p. m., Anonymous Anónimo said...

Y pese a todo, la muerte nos resulta siempre tan extraña, tan sorpresiva, tan triste. Levanta vuelo....un abrazo
CV

 
At 2:36 p. m., Blogger Pelusa said...

Mi niña, entiendo cómo te siente. He perdido a un par de amigos en esas condiciones, sorpresivas, brutales. Todos eran como Ricardo, vivían la vida intensamente, no perdían un segundo. Por eso, creo que todos fueron inmensamente felices durante el breve paso por esta tierra.
Un abrazo y arriba el ánimo.

 
At 2:09 p. m., Blogger Valparaisina said...

Las reporteras de calle coqueteamos con historias de este tipo a diario.... cuan doloroso es que la cifra o el dato frio se acerque a nuestros amores....
Fuerza y arriba, que Ricardo sigue siendo tu fans nùmero uno, pero en otra dimensiòn.

 
At 2:42 p. m., Blogger ALEC said...

Es lo sorpresivo y trágico de la muerte lo que nos golpea. Yo aun no me repongo totalmente de la partida de Gonzalo el año pasado; las imágenes de su accidente todavía deambulan por mi cabeza y se mezclan con los gratos recuerdos que tengo de esas últimas vacaciones que pasamos en la playa, sólo dos meses antes.
Entiendo cómo te sientes. Te mando un beso y un abrazo con mucho cariño.

 
At 8:30 p. m., Blogger Alvaro en OZ said...

conmovedor tu relato, tu amigo dejó un recuerdo de alegría en ti, un recuerdo de vivir la vida a concho, a full, que terminó bruscamente, en los majestuosos andes
lo seguro es que él segurirá siendo tu fans número 1
saludos

 
At 6:40 p. m., Blogger Udo said...

Habrá sido ese su lugar en el mundo?.
Sal-udo.

 
At 2:03 p. m., Blogger Gaviota said...

Pucha amiga que triste, pero de tristeza yo mejor ni hablo, solo fuerza para su familia e hijos, y para ti un beso grande....

Claudia

 

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