(Sergio Larraín, 1963)
Para sacar un poco la tristeza de estos días de muertes cercanas, (aunque no reniego de ellas y más bien me gusta reflexionar sobre esa realidad y sus claroscuros)...... me pego un salto circense y me sumerjo en ese sutil y travieso placer que es comer rico y frugal y además gastar poco....siempre en Valparaíso, claro está.
Recomiendo empezar la caminata por la Subida Almte. Montt a pie de cerro Concepción, allí pido un exquisito vino con frutas (durazno, plátano,etc) y unos deliciosos barquitos de verduras o simplemente pan integral con ricota y ciboulette. Es el “Bar Ritual”.
Justo al frente, en la Subida Cumming, a pie del Cerro Cárcel, me quedo en el “Mi Casa”, con una buena cerveza helada (Austral, por ej) y una gloriosa chorrillana.o empanaditas de queso maestras.
Si avanzamos un poco, pero sólo un poco, en pleno pasaje Wagner está el Café Vintage, nuevo recinto que comienza a incursionar por ejemplo, en quiches, aunque (reconozco) aún le falta oficio al servicio de café....... En “El Picante”, me quedo con sus “calcetines” en todas las combinaciones (masas con quesos, champignones, verduritas y un poquito de merkén).
Me devuelvo por Almirante Montt y subo al Cerro Concepción, llego al “Ghanesha” donde por los altos precios, sólo he probado algunas cosillas como las “samosas” una especie de empanadas hindúes rellenas con papas, arvejitas y especias, combinadas con una salsa con yogurt, ajo y menta (delicioso!!!!)....... Sigo caminando hacia el Cerro Alegre y me dejo seducir por la dulce mano de la señoras del Café con Letras, kuchenes, pies y un espumoso y cremoso café (es uno de los pocos lugares donde me gusta que sea invierno).
Continúo hasta “El Desayunador” (Almte Montt, con Urriola), sus sandwiches de queso fresco, tomate y orégano son increíbles, acompañados de un buen jugo de frutas, aunque debo decir la atención es un poco lenta y distraída.....
Tampoco están nada de mal los tecitos de olores y sabores del “Color Café” y sus galletas caseras o el strudel de manzana......,finalmente aterrizo en el “Gremio” (pasaje Gálvez, Cerro Concepción) donde pido unos increíbles mojitos a los que se suman unos tapaditos con queso fundido y especias.
Hasta aquí llego por hoy en este recorrido culinario “liviano”.... en cada uno no he gastado más de 5 luquitas y me he ido con el corazón liviano y tibio tras una buena conversa, recuerdos y anécdotas .Otro día seguiré con comidas o almuerzos.....